martes, 16 de noviembre de 2010

UN CACHÍN MEJOR...


Foto: gentileza Osvaldo Abades (h).

En el estreno de su nuevo D.T., Oscar Blanco, por la 17ª fecha, Morón no pudo doblegar a San Telmo y se repartieron los puntos. El equipo local mostró una leve mejoría, sobretodo en el trato del balón, que sin embargo no le alcanzó para quedarse con los 3 puntos.



Las expectativas eran altas. La sorpresiva –para muchos- ida de Alejandro Méndez marcó un signo inevitable. Su reemplazante, no podía ofrecer otra cosa que un manantial caudaloso de fútbol que ubicara al “gallo” entre los que pelean el campeonato. El desierto en que dejaron al club 20 años de sequía sin campeonatos, no augura una tarea sencilla. Morón tiene sed, le sale fuego por la garganta seca de alegrías, no aguanta más. Al elegido para tamaña empresa, le sobran credenciales. Oscar Domingo Blanco, se la sabe lunga de ascensos y además, jugó en el club en la década del 70’. En ese contexto, el “gallo” recibió al “candombero” que con un sistema sencillo, práctico, arrancó mejor parado, descansando en un 4-4-2, al que Morón, durante un buen rato, no le podía crear peligro. Es más, la visita se animó y dio dos avisos para que el local estuviera bien atento. El dibujo de los dirigidos por “cachín” prácticamente no varió del que venía mostrando en las últimas fechas. Cuatro en el fondo –con Pérez y Rocchi por los suspendidos González y Reano-, una línea de volantes con doble cinco –Bruno e Iñiguez-, la novedad de Chacón por Escudero y un Sparapani ligeramente tirado a la derecha, un poco más adelantado que el resto de los volantes. Arriba, los delanteros de siempre. Si hay algo que no le funcionó al que equipo que hasta la fecha anterior dirigía el “cabezón” Méndez, era la línea media. Y justamente ahí, se vio el principal cambio. Morón trataba de ser prolijo en la salida del balón, con un a veces excesivo y esmerado celo en subrayar la limpieza en el cuidado de la pelota. Entonces, el traslado se hacía un poco lento. Iñiguez era el encargado de poner el primer ladrillo, Bruno y los dos laterales colaboraban, pero Sparapani no entraba en sintonía, y los delanteros quedaban muy lejos, porque cuando les llegaba la pelota, llegaba a los saltos, nunca limpia, nunca clara. Los del “oeste”, lateralizaban el juego, y chocaban en tres cuartos de cancha contra un rival bien parado, ordenado, que no le permitía progresar frontalmente en ese sector del campo de juego, careciendo entonces de verticalidad ofensiva. El “gallo” se salteaba una fase, trastabillaba en el armado final de la jugada, en la anteúltima pieza de ese rompecabezas que le proponía la visita, y allí se desvanecía. Y lo que no encontró por abajo, lo tuvo por arriba, con un cabezazo del “paragua” luego de un corner a los 25’, y más tarde mediante un rebote, que tras otro corner capturó Chacón en la segunda jugada y sacó un remate bien dirigido que fue resuelto sin problemas por el arquero de “Telmo”. Iban 40’ de la primera parte, y el match había entrado en una meseta monótona, blanda, fofa. Pero a los 42’ apareció la primera triangulación de la era Blanco: Barrios Suárez aguantó la pelota de espaldas al arco, se asoció con un tal Lucas y éste habilitó a Iñiguez que entró sólo por el medio del área y, ante la salida desesperada de Gambandé, el volante que entró por sorpresa la tocó apenas desviada junto a un palo. El “gallo” pareció despertar y luego de una buena jugada de Rocchi en la que logró enviar el centro, casi entrando al área chica por el segundo palo –algo tapado por un defensor- Akerman cabeceó a las manos del arquero lo que podría haber sido la apertura del marcador. Ahí Morón ya estaba empujando al rival contra su propio arco, y terminó dominándolo, arrinconándolo contra su área, pero no le alcanzó, le faltó tiempo, fue sólo al final de ese período.
En el complemento otra vez San Telmo avisó que estaba y no se iba a dejar vencer así nomás. Insinuó, aunque no más que eso, un leve dominio hasta que apareció nuevamente el fino, delicado, elegante juego de Federico Iñiguez. Tal vez por la poca actividad de Sparapani, el doble cinco tomó las riendas de su equipo. Y como en los minutos finales de la primera parte, no se quedó quieto en su lugar, sino que buscó siempre la mejor opción, se ofreció como alternativa a sus compañeros, y tuvo un par de chances para convertir. Para que algo fluya necesariamente tiene que haber un encuentro. Y el ex Chacarita formó pequeñas sociedades, con Chacón –de buen ST-, alguna vez con Sparapani y alguna otra más aislada con Akerman. Morón fue a buscar el triunfo, empujado por su gente pero demostrando una acentuada, casi caprichosa prolijidad, una tranquilidad necesaria en la urgencia, pero que no alcanzó para ser victoria. El “gallo” mostró un "cachín" de lo que tal vez quiera su técnico para el equipo, una leve mejoría respecto a lo que venía haciendo en la era Méndez, pero el resultado, estaba destinado a quedar en blanco.

Martin Capaccio.

DEP. MORON 0 SAN TELMO 0

FORMACIONES

Dep. Morón (0): 1. Alejandro Migliardi; 4. Rodrigo Acosta, 2. Sebastián Pérez, 6. Guillermo Báez, 3. Juan Pablo Rocchi; 10. Lucas Sparapani, 8. Federico Iñiguez, 5. Hernán Bruno, 11. Nahuel Chacón; 7. Diego Barrios Suárez, 9. Damián Akerman.
DT. Oscar Blanco.
Suplentes: Diego Ezquerra, Daniel Cerruti, Hernán Lillo, S. Ponce, Cristian Campozano, Mauro Conocchiari y Gerardo Martinez.

San Telmo (0): 1. Juan Carlos Gambandé; 6. Ariel Mendoza, 2. Julio Caldiero, 4. Maximiliano Seevald, 3. Wálter Gómez; 8. Carlos Ramos, 5. Víctor Gauto, 10. Facundo Coira, 11. Mariano Díaz (13. Carlos Inda); 9. Pablo Vaccaría, 7. Jorge Daolio (17. Ricardo Segundo).
DT. Pablo Vicó.
Suplentes: Juan Pablo Ferreira, Alexis Brizuela, Emiliano Monzón, Jonathan Dizeo y Jorge Echanausi.

Amonestados: Diego Barrios Suárez, Federico Iñiguez (DM); Maximiliano Seevald, Mariano Díaz (ST).

Expulsados: no hubo.

Arbitro: Paulo Vigliano.

Asistentes: Fernando Lavallos – Maximiliano Alvarez.

Público: 4.500 espectadores aproximadamente.

Estadio: Francisco Urbano.

Campo de Juego: Bueno.

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