viernes, 26 de noviembre de 2010

"ESTO TIENE QUE SERVIR COMO ENVIÓN ANÍMICO"



A la victoria suelen coquetearle más de uno, es más sencillo atribuírsela, sacarse una foto con ella y luego aparecer como su creador. En cambio la derrota es tan desoladoramente huérfana, que si se es inteligente, sobra el tiempo para aprender de los errores y evitar así volver a cometerlos. Con una virtud casi salomónica, Hernán Bruno, un gladiador en la mitad de la cancha -con esa barba que le va creando como una sombra en el rostro y le da todavía un carácter más épico a su entrega descomunal, desmedida, fuera de toda especulación, jugando cada partido como le gusta a su D.T., con el corazón caliente-, no se cree ni una cosa ni la otra, pero entiende que se deben usufructuar las bondades anímicas que deja todo triunfo: “Sabemos que no veníamos en una buena racha y hoy solo servía cortarla con un triunfo. Ni antes éramos un desastre ni ahora somos unos fenómenos. Esto tiene que servir como un envión anímico y tratar de sacar la mayoría de los puntos en estos partidos que nos quedan hasta el final del año”. Asimismo hizo un breve análisis de lo que fue el partido desde su óptica: “Hicimos un buen P,T. en el que no sólo estuvimos muy ordenados sino que generamos situaciones de gol, y claro, al haber convertido en dos oportunidades tuvimos la tranquilidad suficiente para salir a jugar la segunda etapa de otra manera” y fue anticipando una buena conclusión: “La verdad es que por momentos manejamos bien la pelota, y tanto en defensa como en el mediocampo hicimos un gran esfuerzo”. Para concluir, subrayó un aspecto que se evidenció con cierta claridad, y que es un buen signo para lo que viene: “Lo que más me gustó del equipo fue la actitud desde el primer minuto. Sarmiento es un equipo difícil, con jugadores de muy buen pie, que te mete mucha gente en ataque y la verdad es que por momentos jugamos bien y creamos varias situaciones de gol”. Bien por Hernán que jugó como siempre, con la espada de gladiador entre los dientes, con esa estremecedora manera que tiene de jugar y de sentir el fútbol.

Martin Capaccio.

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