miércoles, 6 de octubre de 2010

CAMBIO DE IMAGEN



Morón se trajo una victoria valiosísima de su vista a Temperley. Con goles de Barrios Suárez y Báez cambió a tiempo, en una noche emotiva.


Luego de la dura derrota como local frente a Platense, el D.T. modificó el esquema. Con un 4-4-2, varió el dibujo táctico y tardó un tiempo en acomodarse. El primer período, fue todo “celeste”. Desde un comienzo Temperley arrinconó a Morón, lo dominó en todos los sectores de la cancha. Por presencia, por actitud, por juego. El “gallo” estaba confundido, desubicado en la cancha, desorientado. Sparapani no se hallaba en su nuevo sector, Chávez y Bruno no lo encontraban, Escudero estaba en la otra punta. Y el local se venía: era más, individual y colectivamente. En esa primera etapa, los de Dabrowski dominaron, pelotearon, lo pusieron contra las cuerdas a Morón, pero ni una sola vez, le hizo besar la lona, no pudo herirlo. El “gasolero” había producido mucho para obtener tan poco. Es cierto la visita tuvo un “Chiche” atento y solícito, un Barrios Suárez solidario y un Acosta prometedor: pero nada más, apenas, nada más. La única virtud de los de Méndez durante la etapa inicial fue mantener el arco en cero, porque en el de enfrente, molestaron poco y nada. A diferencia de su rival, los del oeste habían gastado poco, y casi salieron ganando de ese PT, claro, en relación a lo que habían invertido. El ST fue otro partido, o como de otro partido. Temperley intentó seguir yendo a buscar el desequilibrio en el marcador, poner el partido en los mismos términos en los que habían estado los primeros 45’. Es decir, poner las cosas en su lugar y reflejar en el marcador la diferencia que había habido en el juego. Mientras lo intentaba, entre Akerman y Sparapani robaron una pelota en mitad de cancha, sumaron a Acosta en ataque y entre los tres armaron la primera jugada elaborada de la noche del Deportivo, dejando a Barrios Suárez sólo frene al arquero, que no se anduvo con vueltas y consiguió la primera ventaja. Injusto? Y, sí, hasta ese momento, no se puede decir que Morón cristalizó algo que venía gestando, que venía provocando desde la actitud y el juego: simplemente, se lo encontró, se topó con un triunfo parcial hasta ahí inesperado. Pero el rival también se sorprendió, y desde ese momento el match entró en un vértigo que se estiraría hasta el final. En el durante, no hubo tiempo para descansar: aparecieron todo tipo de condimentos que terminaron de armar un partido emocionante y con alta temperatura: amonestaciones, penales, expulsados, goles, cambios, incidentes en el público –que por supuesto lamentamos-, y hasta alguna que otra pincelada del fútbol lírico que todos algunas vez quieren ver. Si bien nos parece que Morón no fue hizo mucho por buscar la diferencia parcial, cuando la encontró tuvo la virtud de saber cuidarla, y de la mejor manera: empezó a manejar más y mejor el balón. La defensa se paró con más firmeza, con más solvencia, los centrales ajustaron los movimientos que habían estado descoordinados, Bruno empezó a cobrar peaje en la línea media, Chávez, que usufructuó el hueco que dejó el local cuando hizo un par de cambios en los que sumó gente en ataque a merced del sector medio, con inteligencia, fue marcando los caminos que un tal Lucas comenzó a transitar para darle volumen, presencia y también voluptuosidad al ataque de Morón. Escudero fue punzante por su sector y los delanteros estuvieron más picantes. Un “paragua” enorme luchó un balón en ataque, envió el centro para Akerman que la dominó en el área de espaldas al arco y le cometieron penal. Sparapani remató al medio y el arquero la envió al corner. De ese tiro de esquina al corazón del área, Báez apareció en la cancha de arriba para mandar la pelota y las chances del local bien lejos del empate. Las cosas estaban 2 a 0. El cotejo estuvo detenido por incidentes un buen rato y cuando se reanudó, los dirigidos por Méndez hicieron correr el balón mostrando buenos recursos. Temperley entró en desesperación y ya no era ni la sombra del que había jugado la primera parte, pero Morón tampoco. De pronto, el gallo ideó la mejor jugada del campeonato: no los conté, pero no menos de 10 o 12 toques entre Acosta, Bruno, Sparapani, Chávez, González, Escudero y Rocchi, hicieron trasladar el balón al mejor estilo español en el mundial para que luego de un desborde en el sector opuesto al que comenzaron a tocarla, Sparapani terminara rematando y un defensor la salvara en la línea lo que hubiera sido el tercer y definitivo gol. No pudo ser, pero la respuesta a esa jugada, fue un pelotazo largo del arquero rival que derivó en el descuento del “gasolero”. A esa altura, hacía rato ya que el partido estaba a nafta, y si bien con el adiciono todavía faltaban casi 10’, por suerte al “gallo” le quedó un resto. Le alcanzó para aguantarlo, más allá del algún susto y revolcón mediante de Migliardi. El equipo se pudo alzar con un triunfo en un partido que lo tuvo desorientado por un rato largo, luego se dio cuenta a tiempo y así, con un cambio de look, pudo encontrar una identidad, como un espejo en el que seguramente a su D.T. le gustaría poder reflejarse en cada presentación.

TEMPERLEY 1 DEP. MORON 2 (B. Suárez, Báez)


FORMACIONES


Temperley (1): 1. Alejandro Medina; 2. Nahuel Martínez, 6. Ezequiel Andreoli. 3. Leandro Sosa; 4. Adrián Gómez, 7. Nicolás Chietino 17. Mauro Boaglio), 5. Lucas Hure, 11. Pablo Azcurra;10. Sergio López; 9. Sebastián Benitez, 8. Sebastián Soto (18. Sebastián Cobelli).
DT. Ricardo Dabrowski.
Suplentes: De Bertoli, Víctor Guiñazú, Damián Gimenez, Rodrigo David y Leandro Witoscinski.


Dep. Morón (2): 1. Alejandro Migliardi;4. Rodrigo Acosta, 2. Cristian González, 6. Guillermo Baez, 3. Juan Pablo Rocchi; 10. Lucas Sparapani, 8. Daniel Chávez, 5. Hernàn Bruno, 11. Carlos Escudero; 7. Diego Barrios Suárez (18. Cristian Campozano), 9. Damián Akerman.
DT. Alejandro Méndez.
Suplentes: Diego Ezquerra, Sebastián Pérez, Hernán Lillo, Federico Iñiguez, Luis Ferreira y Mauro Conocchiari.


Amonestados: Juan Pablo Rocchi, Hernán Bruno, Cristian González (DM); Leandro Sosa (T).

Expulsados: Ricardo Dabrowski (DT) (T).

Arbitro: Nicolás Lamolina.

Asistentes: David Idiart – Ariel Miceli.

Público: 7.000 espectadores aproximadamente.

Martin Capaccio.

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