sábado, 5 de junio de 2010

UNA NOCHE DE RECUERDOS



En la noche del viernes, tuvimos el privilegio de ser invitados a la reunión de viejas glorias del Deportivo Morón. La sensación, para los que aman el deporte más hermoso del mundo, era inigualable. Estar en la misma mesa con los que hicieron grande al “gallo” no es cosa de todos los días y el Espolón se dio el gustazo de estar ahí. En la parrillita “Las Cañitas” de Hurlingham, se juntó un equipazo, dónde se rememoró especialmente el campeonato del 74’ en el que el gallito estuvo a punto de volver a primera. Con los allí presentes, podemos formar estos once: al arco, Héctor Daniel Ferro, que atajó en Primera A para el gallo y de quien recordara el entrañable y simpatiquísimo “tano” Cicollayo le atajara un penal jugando ya para Defensores de Belgrano; en la defensa, el lateral derecho Jacinto “cuchu” Correia, de una calidez fenomenal y otro que defendió la camiseta moronense en la máxima categoría; como centrales tenemos al que nos presentó a esta magnífica camada de jugadores y ya es una amigo del Espolón, Eduardo Abraham Bergessio. Decir algo siempre es poco de este gran jugador y persona que supo recibir el premio al defensor más leal de la categoría en el año 76 y a quién próximamente tendremos en nuestros estudios de la gauchita, el otro marcador central, el “bambino” García, que en primera nunca pudo jugar en su puesto, precisamente el que le estamos dando, ya que se desempeñó como volante en su estadía en la institución del oeste y de quien el tano Cicolayo recordaba con envidiable memoria un golazo que le marcara a Los Andes. Finalmente, para cerrar la punta izquierda, el “tano” Jorge Cicolayo, que entibió la fría noche de otoño con anécdotas de todo tipo y color para los amantes de la historia; en el mediocampo tenemos nada menos que al que convirtió el primer gol del gallito en primera A, el fantástico Roberto López, un pedazo de Morón en carne viva. Al final de la noche se acercó con la humildad de un grande y nos dijo: muchachos, pregúntenme lo que quieran de Morón... Por el sector izquierdo nos animamos a ubicar a Raúl Oscar Manrique, con un popurri inagotable de recuerdos que daban ganas de quedarse hablando toda la noche; nos faltó un volante central, pero ahí ponemos al “polaco” Juan Surawski, un tipo divertidísimo que hizo las inferiores en Morón como arquero pero no llegó a debutar en primera; para la delantera tenemos dos lujos, por la punta derecha ambos le dieron muchas satisfacciones a Morón, el “loco” o “motoneta” Daniel Oscar Figueredo, siempre sonriente, y Eduardo Pedro Ontivero, quienes desbordaban la noche de recuerdos. Como centrodelantero, el “tano” José Labate, que no llegó a debutar en primera A porque tuvo una entredicho con el entonces D.T. del gallo Ricardo Arauz –en una historia digna de un cuento de Eduardo Saccheri-. Con este plantel, no se podía sino pasar una noche fantástica, respirando fútbol y disfrutando cada instante de la compañia de las glorias que le dieron mucho a nuestro querido gallito, que tal vez esté en deuda con ellos. Los que quedamos en deuda somos nosotros, y desde acá les mandamos un fuerte abrazo y agradecimiento por habernos hecho partícipes de una noche inolvidable. Ojalà se repita muchachos! Sepan que están abiertas las puertas del Espolón para quienes tanto en el pasado como el presente, supieron llenarnos el corazón de alegría.
Además de los jugadores, estuvieron presentes Nicolás -nieto del "tano" Cicolayo, el joven periodista Darío Marcellán, el periodista que vence al tiempo Raúl Osvaldo Lucero y Martin Capaccio.
Martin Capaccio.

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