sábado, 7 de febrero de 2009

A fuego lento

El gallo cayó derrotado ante Def. de Belgrano por 5 a 2 en el Urbano. Fernández y Peralta marcaron para el local que está en llamas, esperando que llueva un poco de fútbol desde los pies de sus jugadores.

El gallo está como el campo. Venía en rojo, sin crédito futbolístico y con la obligación de ganar para recuperar credibilidad. Tras el receso había ganado sin convencer y por la mínima ante Flandria, en el Urbano. Luego había caído por 3 a 0 ante T. Suárez. Fue una derrota que le costó carísima no sólo por la goleada, sino también por las expulsiones, por el pronunciado bajón futbolístico, porque la sensación era que el grupo NO estaba, por más frase de casete que suene.
Sin Casado, Vaccaria ni Seccafien... No es poco, pero si hay algo que se dijo hasta el cansancio es que este plantel tiene un gran recambio, así que no había muchas cosas por decir. Entonces, contra Defensores de Belgrano, de local, había que salir a jugar...
Y Morón salió, intentó, luchó, pero tenía todavía en carne viva las heridas de Tristán. Porque al primer fogonazo recibido por el dragón, recibió otro y no pudo reaccionar. Fueron dos mazazos, como dos baldazos de agua fría para el calor que traía el gallito. Desde las tres rojas de la semana pasada y desde las tribunas. El agua avivó el fuego, agrandó al dragón y así se fueron al descanso, 2 a 0 abajo. El gallo envuelto en una intensa nube de humo futbolística y anímica.
No pareció justo que el público se la agarrara con Marcos Fernández, uno de los que más intentó buscar el arco rival. Nadie jugó bien este partido, pero tampoco nadie dejó de correr una pelota.
Bongiovanni tiene un plantel tan explosivo en nombres que con cualquier chispazo en contra se le prende fuego el equipo. Entonces, se vistió de bombero y para apagar el incendio mandó tres cambios al complemento. Pero no hubo caso. El equipo se terminó de prender fuego gracias a una actuación memorable de los delanteros rivales, vale decirlo. El manotazo de ahogado no dio resultado. Un 5 a 2 histórico en contra, contundente, le llovieron goles al arco de Griffo.
Pero no tiene mucho sentido analizar línea por línea esta vez. Fue un partido en general muy flojo de todo el equipo.
Lo preocupante es que el equipo no aparece, los tiempos de Morón y Bongiovanni se acortan. La próxima fecha hay que visitar Casanova. Esta versión chamuscada del gallito, no tiene mejor oportunidad para demostrar que está vivo.
Morón está que arde, pero con que le llueva un poco de fútbol, talvez hasta con una garúa, estos renombrados jugadores que lo visten se contagian y dejan ardiendo Casanova.
Bongiovanni está haciendo equilibrio entre las llamas. O encuentra el aire fresco que la hace falta al equipo o se termina quemando... Se acabaron los fuegos artificiales...
Martín Capaccio

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